21 de febrero de 2013

Los antiguos egipcios morían antes de los 30 años de hambre e infecciones (Asuán, Egipto Feb 2013)


Los antiguos egipcios, incluidos los gobernadores, no vivían en tan buenas condiciones y rodeados de tanta opulencia como hasta ahora se pensaba, sino que padecían hambre, malnutrición y multitud de enfermedades infecciosas. Sufrían una altísima mortalidad infantil y la esperanza de vida apenas llegaba a los 30 años. Música Egipcia-Old Egypt Dance
Es una de las conclusiones a las que ha llegado el proyecto de investigación Qubbet el-Hawa, que dirige la Universidad de Jaén (UJA), en el que participan antropólogos de la Universidad de Granada y el Consejo Supremo de Antigüedades de la República Árabe de Egipto. Los científicos, dirigidos por el profesor Miguel Botella López, acaban de regresar de ese país, después de realizar el análisis antropológico de los huesos de 200 momias halladas en las excavaciones de la tumba número 33, de la necrópolis de Qubbet el-Hawa, construida durante la XII Dinastía (1939-1760 a.C.) para albergar el cuerpo de un alto dignatario de la región de Asuán, frontera con Sudán, a unos 1.000 kilómetros al sur de El Cairo.
Los primeros resultados han permitido conocer nuevos datos sobre las condiciones de vida en el Antiguo Egipto y, según explican, aunque el nivel cultural de la época era extraordinario, el análisis de los restos humanos revela que la población en general, y también la clase social más alta, vivían en condiciones de salud muy precarias, casi al límite de la supervivencia. Según los antropólogos, la esperanza de vida apenas llegaba a los 30 años, y en la tumba se ha encontrado un gran porcentaje de momias pertenecientes a jóvenes de 17 a 25 años. El hambre, la malnutrición, y las enfermedades infecciosas, muchas  causadas por el consumo de agua contaminada del Nilo, provocaban esta muerte temprana.
Estos análisis echan por tierra la imagen de opulencia con la que relacionábamos a este pueblo.  Las tumbas de la necrópolis de Qubbet el-Hawa cuentan además con inscripciones de gran importancia para la Historia no sólo de Egipto, sino de toda la Humanidad. Así, en la tumba del gobernador Herjuf (2200 a. C.) se narran los tres viajes que éste realizó al centro de África, en uno de los cuales llegó a traer a un pigmeo, lo cual supone la mención más antigua de este grupo étnico.
En otras inscripciones se narran las relaciones de Egipto con la vecina región de Nubia (actual Sudán), a lo largo de casi un milenio. Para los integrantes de este proyecto, Qubbet el-Hawa es uno de los yacimientos más importantes de Egipto, no sólo por los descubrimientos ya realizados, sino también por la cantidad de información que contiene sobre la salud, la enfermedad y las relaciones interculturales en la Antigüedad.
Para finalizar, debo comentar que este interesante proyecto, es uno de los 30 afectados por los recortes de Hacienda a la investigación arqueológica española en el exterior, con el argumento de que pertenecen a comunidades autónomas que incumplen sus objetivos de contención de déficit público. Un bofetón a las comunidades que incide directamente sobre la investigación en España, y su lugar en el mundo. Una vez más, los intereses políticos y económicos se interponen en el ejercicio de la ciencia y la cultura.

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